Empezaremos con la visión pesimista. Llevamos once jornadas y sólo nueve puntos y estamos en posición de descenso. Todos los equipos de nivel en principio más flojo que han pasado por el Villamarín han puntuado y además no hemos ganado ni un solo partido fuera de casa. El de ayer en el 150 partido oficial de Mel en el Betis era un partido de cara o cruz, y digamos que salió canto.
Para mi mitad de bético endemoniado ver el partido de ayer a Chica y a Molina no me a ayuda. Imperdonable el error de Chica, tan grande que merecería sanción por parte del entrenador y más teniendo en cuenta que se trata de un buen profesional y con experiencia, por ello es peor su error. Lo de Molina fue una mezcla de error suyo y de Mel. Una vez que tira un penalti y lo falla lo adecuado es que otro jugador tire el segundo porque el portero ya le tiene cogida una ventaja moral y estratégica. Tanto uno como otro son jugadores importantes para el Betis y además son de los que están teniendo un nivel más alto de esfuerzo y sacrificio, pero ayer fallaron gravemente.
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Navas parando el penalti a Molina |
Un apunte sobre las bandas. Juanfran es imprescindible pero creo que si tenemos que dar un paso al frente hay que apostar por la calidad y eso tiene un nombre: Vadillo. Un internacional con España en categorías inferiores por el que se pelean equipos importantes de Europa no es por cualquier cosa. Hay que darle confianza y el buen rendimiento, como contra el Vitoria o en la segunda parte de ayer, llegará. No todo es de color de rosa. Como apuntamos antes hay que hacer una plan especial para recuperar físicamente a Verdú y darle un toque a Cedrick. El balón es para todos y hay que levantar la cabeza para pasar.
El próximo partido contra el Málaga confirmaremos si gana la mitad buena o lo mitad demoniaca que todos los béticos tenemos.
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